sábado, 21 de noviembre de 2009

HABLANDO EL MISMO IDIOMA?

Buenos días a todos,
En algún post anterior sobre transición al mundo 2.0, escribí sobre la importancia de sentar las bases de la conversación interna antes de proponerla con terceros fuera de la organización.
A partir de ahí, es necesaria la elección del canal adecuado para llegar a la conversación con los agentes externos.
No tiene por qué ser los medios sociales la panacea ni la solución para estar en La Conversación (a partir de ahora, en mayúsculas por ser la Madre del Cordero de la nueva filosofía), aunque, qué duda cabe, existe un gran número de herramientas relacionadas directamente con ellos que ayudan bastante, pero si los agentes externos a nuestra organización (clientes, proveedores, instituciones, etc.), no están allí, será inútil. Hay que elegir bien el canal antes de iniciar la conversación.
Otro punto importante, casi básico y fundamental, es el idioma: si no somos capaces de hablar el mismo idioma, fracasaremos en la conversación.
Para ilustrar éste punto, transcribo un diálogo extraído del libro "La Playa de los ahogados", de Domingo Villar, totalmente recomendable si os gustan las novelas policíacas y sobre todo si sois, como yo, un enamorado de las rias baixas. Pues bien, es el diálogo, nada menos que entre un policía de Zaragoza, y un marinero de Panxón:
"El teléfono móvil de Leo Caldas empezó a sonar [...] pidió a su ayudante que continuase con el interrogatorio. Al aragonés la orden le cogió desprevenido:
-¿Fué en el mar? -comenzó
-¿No le digo que era un barco?
-¿Pero usted también estaba en el mar?- insistió Estevez.
 -¿Entonces dónde quería que estuviese?
- No lo sé, pudo verlo desde el puerto.
- Pudo ser, pero no fue. Estaba pescando.
- De acuerdo. ¿Dónde estaba?
-¿Otra vez? -preguntó el de la gorra-. En la mar.
Estévez resopló buscando serenidad.
- El mar es muy grande -dijo- ¿Le importaría ser un poco más preciso?
- Por allí -respondió el marinero, y apuntó con una mano hacia la pared del Refugio del Pescador como si la visión humana permitiera atravesarla-. Cerca de Monteferro.
-¿Está seguro de que la embarcación que vio era el Xurelo?
- Creo que era, si.
- ¿Lo cree o lo sabe con certeza?
El marinero se quedo callado.
- Que se lo pareció, vamos -añadió Rafael Estévez.
- Eso es. A mi me pareció que era.
- ¿Había algo en ese barco que le ayudase a distinguirlo de otros?
- ¿A qué se refiere?
- No lo se, dígamelo usted: ¿qué le llevó a creer que aquel era el barco en cuestión?
- ¿Usted no lo cree?
- Yo soy el policía que pregunta.
- Eso sí -concedió.
- ¿Entonces? -insistió Estévez.
- ¿Entonces qué?
- Que me diga qué cojones le llevó a pensar que el barco que vio era el del tal Sousa.
- ¿No le estoy diciendo que lo vi?
Otro resoplido.
- ¿Y no le parece extraño encontrarse navegando un barco hundido años atrás?
- ¿A usted no le parecería extraño?
- A mi mucho -dijo Estévez, más concentrado ya en resistirse a la voz interior que le incitaba a levantar por las solapas al marinero que en sacar algo en limpio de la conversación-. Le pregunto a usted: ¿qué pensó?
- No pensé nada.
- ¿Durante cuánto tiempo lo vio?
- Poco.
- ¿Un minuto?
- Menos.
- ¿Cuánto menos?
- No lo sé. En cuanto me di cuenta de que era el Xurelo di motor y escapé.
Estévez sospechó que para lanzar un salivazo por la borda seguro que había tenido tiempo.
- ¿Hacia dónde?
- ¿Hacia dónde qué?
- ¿Hacia dónde escapó?
- Hacia el puerto, claro.
- ¿Y no pudo verlo?
- ¿Al Xurelo? - El marinero se atornilló la sien con un dedo -. ¿Cree que con el miedo que tenía pude mirar hacia atrás?
- No lo sé. Dígamelo usted.
- Se lo estoy diciendo.
- ¿Miró o no miró?
- ¿No le dije que no?
Caldas regresó cuando el aragonés ya se había levantado del taburete.
- Menos mal que llega, jefe - susurró Estévez, resoplando en esta ocasión de alivio."


Qué os a parecido? a mi me parece bastante revelador de la importancia acerca de preparar La Conversación para hablar el mismo idioma que los agentes externos a nuestra organización. 
Además, en el caso de nuestro detective, se une otro aspecto que también existe en nuestras empresas: prejuicios!!!
En la medida en que seamos capaces de:
1. liberarnos de nuestros prejuicios hacia terceros, 
2. explorar el canal de comunicación adecuado para iniciar La Conversación con ellos, y
3. explorar el idioma del cliente, proveedor o institución para en el momento de Conversar, no nos ocurra como a nuestro detective y acabemos calentando el ambiente hasta perder casi el control y la relación.
Para los tres puntos, qué duda cabe que internet y las redes sociales son herramientas totalmente válidas, pero insisto, es UN canal, no EL canal... o no?, o, vosotros qué pensáis?
Por último, os dejo una auténtica perla del grandísimo Pedro Reyes sobre la comunicación... 





ni el mejor gurú se expresaría mejor. A qué se le entiende? a que habla nuestro idioma?
Saludos,
Pepe Moral

4 comentarios:

  1. Hola Pepe:

    Muy buenos ejemplos sobre la comunicación. Como apuntas es necesario prepararla o ajustarla al receptor. En muchas ocasiones emisor y receptor hablan en frecuencias distintas y así es muy dificil entenderse.

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Muchísimas gracias por pasarte por aquí y dejarme un comentario. El problema además se acreciente cuando pretendemos una conversación y obtener algo de nuestro interlocutor.
    gracias otra vez y un saludo,

    ResponderEliminar
  3. En un proceso de comunicación, si el receptor no entiendo el mensaje, el problema lo tiene el que comunica.
    Y esto se cumple en la comunicación 1.0, 2.0 o 3.0..., por ese es tan importante elegir el canal y el mensaje adecuado para ese receptor.

    ResponderEliminar
  4. Muchísimas gracias por pasarte, Unai; totalmente de acuerdo; un alto porcentaje del entendimiento por parte del receptor se basa en la capacidad del emisor para ponerse en línea.
    Creo que has dado con una clave: las premisas de trabajo para las diferentes "versiones" con las mismas, aunque las herramientas cambian sustancialmente.
    Gracias otra vez y un saludo,
    Pepe

    ResponderEliminar